Representación de Santa Isabel como una anciana ya fallecida, a la derecha de la composición, siendo sostenida por un ángel. Éste levanta una de sus manos, para que sea besada por su hijo, San Juanito. Éste se dispone a la izquierda, mientras un ángel le agarra por la cintura. La escena transcurre en un exterior, del que se perciben unos árboles al fondo. En esta obra de Uceda, a pesar de su mal estado de conservación, se percibe el estilo de este maestro, que evolucionó desde el tardomanierismo hacia el naturalismo barroco; en las pinturas de este retablo muestra Uceda una pincelada suelta y una expresividad, especialmente en las figuras infantiles, que recuerda la influencia que en él ejerció el arte de Juan de Roelas. Las composiciones parecen derivar de grabados manieristas.