Representa al anciano Zacarías, a la derecha de la composición, ante un altar de ofrendas, en el momento en el que se le aparece un ángel mancebo sobre una nube, anunciándole la buena nueva del nacimiento de su hijo, el Bautista. Contrastan las actitudes y expresiones de ambos personajes: alegría en el ángel, sorpresa y cierto temor en Zacarías. Al fondo, a la derecha, se vislumbran otros personajes, así como un paisaje que se abre tras un vano. En esta obra de Uceda, a pesar de su mal estado de conservación, se percibe el estilo de este maestro, que evolucionó desde el tardomanierismo hacia el naturalismo barroco. En las pinturas de este retablo muestra Uceda una pincelada suelta y una expresividad, especialmente en las figuras infantiles, que recuerda la influencia que en él ejerció el arte de Juan de Roelas. Las composiciones parecen derivar de grabados manieristas.