Relieve que representa a San Juan Bautista, a la izquierda de la composición, sobre unas rocas, predicando ante un nutrido grupo de personas. El santo viste las pieles de camello que consituían su indumentaria habitual, como eremita de vida retirada en el desierto. Con la mano izquierda sostiene una banderola, en la que figura la cruz de San Juan o de Malta; con la mano contraria, refuerza las palabras que dirige a la multitud que le escucha atentamente. En primer término, se dispone una madre con su hijo; es respaldada por una pareja de mujeres, también sentadas, dos hombre de pie, y un grupo de soldados en la lejanía. Muestran ropajes ricamente estofados. Compositivamente, es prácticamente idéntico al relieve de este mismo asunto que tallara Montañés para el retablo de San Juan Bautista que se conserva en la Catedral de Lima, Perú (1607). En este último, San Juan no lleva la banderola con la cruz de Malta, si no un báculo rematado por una cruz, y el número de los soldados representados es más reducido.