Escultura que representa a la Virgen con el Niño Jesús, formando parte de un grupo escultórico en el que se integra también la madre de María, Santa Ana. Ambas figuras se disponen en una armoniosa y cerrada composición, quedando vinculadas mediante su postura, gestos y miradas. La Virgen viste indumentaria concepcionista, con túnica blanca -ricamente estofada con motivos vegetales dorados, se muestra anudada a la cintura- y un hermoso manto azul -forrado en rojo e igualmente con hermosa decoración vegetal estofada-, que recoge a la altura de la cintura, describiendo ampulosos y complicados pliegues. Su cabeza se encuentra cubierta por una toca blanca. Sostiene entre sus brazos al Niño Jesús, en movida e inestable actitud; va vestido con túnica y porta, en su mano izquierda, un orbe. Las imágenes de este grupo escultórico, de facciones clásicas, ropajes de complicados pliegues y cierta afectación manierista, han sido atribuidas, por sus características estilísticas, a Juan Bautista Vázquez el Mozo". Según documentación dada a conocer por López Martínez, en 1585 Vázquez "el Mozo" tuvo que restituir a los religiosos jesuitas el dinero percibido por una imagen de Santa Ana y la Virgen realizada para este retablo (aún se conserva en la Anunciación, aunque no dentro de este retablo), al resultar las imágenes demasiado pequeñas para el hueco que debían ocupar en el mismo. Se piensa que este artista pudo encargarse nuevamente de realizar este grupo de Santa Ana, la Virgen y el Niño para sustituir las imágenes citadas.