La obra muestra una vista frontal de la puerta principal de la Iglesia de la Merced que ocupa toda la composición. La originalidad de la obra reside en uso de colores flúor, con lo que se crea un contraste entre el motivo de la obra (La fachada de la iglesia de La Merced) con el uso de la técnica vanguardista. Con ello se establece una oposición entre una imagen clásica tratada desde una óptica moderna.