La tarima o caja del brasero, perfecta imitación de los modelos hispanos de finales del siglo XVII, se compone de tres cuerpos: el inferior, de diez lados, reposa sobre pomas de madera y de sus vértices suben gruesos arbotantes en talud, con decoración de motivos vegetales en el frente, que sostienen un segundo zócalo; este cuerpo intermedio, con veinte balaustrillos, sirve de base al último cuerpo o nivel, adornado con flores y motivos en cruz dispuestos en torno al hueco circular central donde se dispone el brasero propiamente dicho, de latón, abombado y sin decoración a excepción de las dos asas.