En el centro de la escena aparece San Francisco de Asís en medio del campo, sentado en una roca y rodeado de animales, a los que acaricia; sobre él se posan cinco palomas, y aparecen junto a él un ciervo, un lobo, conejos, una cigüeña y una ardilla. La cara del santo aparece iluminada y con nimbo de santidad. Detrás, a la izquierda de la composición, aparecen dos frailes contemplando la escena. En la parte inferior, entre flores, aparece una cartela con una frase del libro de Job en latín.